Elección gobernadores Región Metropolitana:

El enfrentamiento entre el Partido del Orden y una alianza de izquierda

En unas elecciones que se anuncian con baja participación, la contienda entre Karina Oliva (FA-PC) y Claudio Orrego (DC) es la más esperada. Su resultado es el más importante pronóstico de las presidenciales de noviembre y enfrentan al viejo Partido del Orden con una izquierda que por primera vez va en alianza. Si gana Orrego la ex-Concertación recibiría una bocanada de oxígeno; en cambio si es que triunfa Oliva el pacto FA-PC pasaría a ser la principal coalición política en la capital de Chile. Y de paso le pegan un tiro de gracia a la DC.

Por Mauricio Becerra

13/06/2021

Publicado en

Política / Portada

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Incertidumbre es la palabra que tal vez define de mejor manera las expectativas respecto del balotaje de este domingo por la gobernación de la Región Metropolitana (RM) entre el candidato de Unidad Constituyente, Claudio Orrego (DC) y la representante del Frente Amplio, Karina Oliva (Comunes).

Ambos pasaron a segunda vuelta en las elecciones de Mayo, dejando por fuera a la candidata del oficialismo, Catalina Parot, quien sumó apenas 14,92%, quedando en cuarta posición. En un estrecho resultado, Orrego obtuvo 657.227 votos, los que equivalen a un 25,52%; en tanto que Oliva contó con el respaldo de 601.845 (23,37%).

Si bien se espera que votantes de la derecha se sumen a Orrego, la participación en la jornada de hoy de quienes votaron por las candidaturas del pacto Ecologistas e Independientes, Nathalie Joignant (15,19%); y por Pablo Maltes (10,66%) en la primera vuelta, sería clave en inclinar la balanza en favor de Oliva. Sin embargo, sólo Maltes entregó su apoyo a la candidata del Frente Amplio, en tanto que Joignant no le ha entregado el respaldo a ninguna candidatura.

Lo que ocurra hoy en la RM será la principal señal de cara a las próximas presidenciales. Es la región con mayor número de votantes del país, con un padrón electoral de cinco millones 856 mil personas. Es decir, quien concentre los votos será la figura política con mayor votación después de los candidatos presidenciales. Sin embargo, si en la primera vuelta fue a votar un 45,31% del padrón, para la jornada de hoy se anuncia una alta abstención.

Una encuesta de Pulso Ciudadano, publicada hace dos semanas, daba cuenta de que Karina Oliva le ganaría por más de 10 puntos a Claudio Orrego en segunda vuelta por gobernación de la Región Metropolitana. La candidata del Frente Amplio tuvo en esa medición un 32,5% de respaldo, en tanto que el candidato demócratacristiano llegaría al 21,7%. De igual modo, Pulso Ciudadano constató que un 20,6% de los electores aún no había decidido su voto.

CLIVAJE ENTRE LO VIEJO Y LA NUEVA

Después de la debacle electoral de la derecha y de la democracia cristiana en las elecciones de constituyentes realizadas a mediados de mayo, la disputa por la gobernación de la RM ha cobrado especial significación. Y es que tras el buen resultado que obtuvo el pacto Frente Amplio-PC y la irrupción de la Lista del Pueblo, muchos analistas y activistas sociales esperan que este domingo una virtual derrota de Claudio Orrego significaría un tiro de gracia al Partido del Orden, un golpe más a la ex Concertación y un empuje fuerte a la candidatura de Daniel Jadue.

Sin embargo, los clivajes desbordan el campo de confrontación entre una oligarquía de derecha y un movimiento social y popular de izquierda, sumándose anclajes que confrontan lo viejo frente a lo nuevo en términos generacionales. Se trata de la confrontación entre un hombre de una elite blanca y que ha hecho una carrera política a partir de sus privilegios, que se enfrenta a una joven mujer de Bajos de Mena, condiciones que han sido explotadas en las semanas recientes por la campaña de Oliva.

Los medios también concuerdan que este domingo se anticipa la disputa por la hegemonía de la izquierda, entre una figura que es representante prístino de la ex Concertación, sector que representa desde la Democracia Cristiana hasta el Partido Socialista reproductor de la tercera vía; frente a una figura política nueva, surgida en el marco de las movilizaciones sociales que se han producido en Chile desde 2011, representante de una nueva colectividad política y que en primera vuelta concentró un voto más joven que su contendor.

Sin embargo, la fragmentación de la izquierda y el rechazo a las colectividades políticas de amplios sectores de la población le quitan el optimismo a la candidatura del pacto FA-PC, considerando además la distancia mostrada por miembros de la Lista del Pueblo, cuyos electores no se asegura que tengan el ánimo de ir a votar este domingo por Karina Oliva.

En tanto, en el comando de Orrego si bien tienen pocas esperanzas de movilizar votantes en un ambiente de rechazo a la vieja política, apuestan por la poca participación esta jornada y, de ese modo, al igual como lo hicieron en las primarias junto a sus socios de Unidad Constituyente, pasar la máquina a partir del mejor despliegue territorial y capacidad de acarreo de la Democracia Cristiana.

Si Orrego llega a triunfar sería un bálsamo para una alicaída ex Concertación que se resiste a asumir que la historia les está pasando encima. Aún hay consenso en las directivas de los partidos (DC, PS, PPD, PR) en valorizar lo hecho los últimos 30 años, en que la coalición de gobierno de centro-izquierda acabó por legitimar el modelo neoliberal instalado en la dictadura de Pinochet. Con los denominados ‘autoflagelantes’ hace ya casi una década fuera del pacto, la armonía de las ilusiones de quienes aún siguen en la coalición es que en los gobiernos de Aylwin-Frei-Lagos-Bachelet, fue lo mejor que le puso pasar a Chile. Al periodo prefieren llamarle transición y no post dictadura, término más usado para definir el periodo en la historiografía y en las calles tras el estallido de Octubre de 2019.

Al ánimo de disputar la narrativa, se suma el afán por reconstituir el bloque tras el divorcio del PS-PPD de la DC en la inscripción de las primarias presidenciales, con su vuelta arrepentida al no ser admitidos en el pacto FA-PC. La telenovela dejó a los integrantes de la ex Concertación rencorosos con el pacto de izquierda y sus éxitos electorales recientes, por lo que un posible triunfo de Orrego vendría a empoderar más al viejo pacto político y mantendría la unidad del sector. Esto también daría más bríos a la candidatura de Yasna Provoste (DC) como representante del sector.

REPRESENTANTE DEL PARTIDO DEL ORDEN

Claudio Orrego Larraín es un fiel representante del partido de orden. Es tataranieto de Benjamín Vicuña Mackenna, intendente y promotor de una reforma urbana que separó Santiago entre ricos y pobres a fines del siglo XIX y que ornamentó el cerro Santa Lucía con mano de obra reclusa. Hijo del historiador y político demócratacristiano Claudio Orrego Vicuña y de Valentina Larraín Bunster, secretaria personal de Patricio Aylwin, siguió la tradición familiar y desde joven fue militante demócratacristiano. Estudió en el Saint George’s y luego derecho en la PUC, llegando a presidir la FEUC durante la dictadura, de la que fue opositor participando también el el Movimiento Contra la Tortura Sebastián Acevedo. Posteriormente obtuvo un máster en políticas públicas por la Universidad de Harvard.

Durante la post-dictadura trabajó en la empresa de tecnología Sonda, ligada a la DC. Su primer cargo político fue cuando fue electo concejal en Peñalolén, cargo al que renunció al poco tiempo. Lo de Orrego era ser alcalde y había perdido la elección en dicha comuna a manos del arquitecto pro UDI, Carlos Alarcón. En el gobierno de Ricardo Lagos ocupó el cargo de ministro de Vivienda y posteriormente, a partir de 2004 consiguió ser electo alcalde de Peñalolén, comuna en la que desarrolló una gestión estratégica orientada a obtener recursos de los fondos regionales y que aprovechó para desarrollar la infraestructura cultural y deportiva de la comuna. De igual modo, en su época se recuerda una de las expansiones más grandes de las inmobiliarias en el sector precordillerano de la comuna, la creación de la UAI y la destrucción del bosque nativo junto con la privatización de amplios espacios para albergar condominios. Ya en el gobierno de Bachelet II se desempeñó como Intendente regional entre 2014 y 2018.

Cuando le ha tocado gobernar Orrego ha mostrado actitudes autoritarias. Ocurrió así en el Concejo Municipal de Peñalolén, en donde se sumó a una acusación de carabineros contra el concejal Lautaro Guanca, principal crítico y fiscalizador de su gestión, consiguiendo quitarle la concejalía y sus derechos políticos durante un buen tiempo. Durante su gestión como Intendente dio total respaldo a la represión de carabineros a los movimientos sociales, tácticas similares a las empleadas durante el estallido social y se preocupó en especial de combatir la disidencia política, expulsando incluso a un periodista italiano becado por la Unión Europea, quien registraba el movimiento social chileno. La excusa dada por Orrego fue que estaba metido en “actividades antisistémicas”. También expulsó al ciudadano vasco Ibán Gartzía por participar en una radio comunitaria mapuche en 2016.

En la época además se manifestó a favor del control de identidad de la policía y contrario al matrimonio igualitario.

Tras el estallido social de Octubre de 2019 fue uno de los primeros en apoyar al gobierno, difundiendo por redes sociales su apoyo a la represión y participando de una convocatoria en la Moneda vestido de blanco como señal de apoyo al gobierno de Piñera.

En las semanas recientes la candidatura de Orrego ha sido respaldada por todo el establishment concertacionista, como el dado por la presidenta interina del partido, Carmen Frei.

También Orrego ha despertado la solidaridad de su tribu, recibiendo el apoyo público de todos los candidatos presidenciales de la derecha, Sebastián Sichel (del que fue su mentor), Ignacio Briones, Evópoli, Joaquín Lavín (UDI) y Mario Desbordes (RN). Sin embargo, en la actual atmósfera política una foto con ellos más que sumar votos, le resta. Por ello el candidato prefirió distanciarse, limitándose a decir que recibía el saludo de forma “diversa y con mucha humildad”.

LA CANDIDATA VERDE OLIVA

Karina Oliva, por su parte, es originaria de Bajos de Mena en Puente Alto y es cientista política de la Academia de Humanismo Cristiano y es hija de un taxista y una profesora. Sus primeras incursiones en política las hizo siendo asesora del senador Alejandro Navarro y, posteriormente, se metió de lleno en la campaña presidencial de Marcel Claude. Por el MAS fue candidata a alcaldesa de Melipilla, sacando un 2,16% de los votos.

Con la articulación del Frente Amplio, Oliva se sumó al conglomerado militando en Poder Ciudadano, colectividad en la que fue presidenta, y luego en Comunes junto a su ex pareja Jorge Ramírez y la diputada por Maipú, Claudia Mix. En el FA se la jugó por la candidatura presidencial de Beatriz Sánchez y fue a las elecciones de diputados de 2017 por Puente Alto y La Florida, no resultando electa. Sin embargo, al ser vocera del bloque comenzó a tener visibilidad pública.

En las recientes primarias del FA para elegir postulante para gobernador sorprendió que venciera al favorito, Sebastián Depolo de Revolución Democrática, quedando como la candidata del sector, sumando apoyos como el del candidato presidencial del PC, Daniel Jadue; de la ex candidata presidencial del FA, Beatriz Sánchez; y de ex militantes y funcionarios de gobierno concertacionista, como el también ex candidato presidencial Jorge Arrate; el ex ministro Gonzalo Martner; la presidenta de la Fundación Daya, Ana María Gazmuri; el ecologista Lucio Cuenca; el sindicalista Luis Mesina; el músico Jorge Coulon; el Premio Nacional de Arquitectura, Miguel Lawner; la electa alcaldesa de Santiago, Irací Hassler; y la abogada feminista Karina Nohales, entre varias otras personalidades del mundo político y social.

El Ciudadano

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