Las trampas del Nuevo Orden Mundial

Luego de la cumbre progresista en Chile que se centró en la crisis económica mundial y el cambio climático, no hay señales claras de que la situación vaya a cambiar

Por seba

31/03/2009

Publicado en

Columnas / Política / Portada

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Luego de la cumbre progresista en Chile que se centró en la crisis económica mundial y el cambio climático, no hay señales claras de que la situación vaya a cambiar. Menos aún el G-20 será el lugar que representará el sentir de los pueblos. Los participantes de la cumbre en Viña del Mar coincidieron en la necesidad de entregar más atribuciones para regular la actividad financiera a instituciones como el FMI y el Banco Mundial, un Estado que ofrezca garantías no proteccionistas y reducir las emisiones de CO2 humano, que serían las responsables del calentamiento global.

En el tema financiero debemos considerar que el modelo que aplicó Barak Obama en Estados Unidos para paliar la crisis, inyectando dinero a las entidades bancarias, no es la solución. Esta línea de acción no beneficia a los ciudadanos, ya que no asegura el crédito, y si así fuera sólo incrementa la deuda nacional, que en un sistema financiero como el actual, nunca se podrá pagar con el dinero existente en el mercado. Una medida acertada sería modificar el sistema financiero, no entregarle más dinero y atribuciones a los bancos; situación que empodera a las instituciones financieras respecto a los ciudadanos.

En esta línea el mayor problema para Estados Unidos y el resto del mundo es la permanencia de la Reserva Federal como una entidad privada y autónoma. Esto por el poder de este organismo para emitir dinero y regular las tasas de interés. Su promulgación como organismo independiente del Estado en 1913, significó establecer un sistema basado en la creación de deuda, mediante el cobro de interés por prestar dinero. Esta situación se extiende hasta el propio Gobierno, que no está exento de pagar interés por el dinero prestado. Un organismo con tal poder perfectamente puede generar una crisis económica. Y a juicio de algunos, lo hizo.

En la actualidad, existiría también un consenso en otorgar más dinero y atribuciones a instituciones como el Fondo Monetario Internacional, entidad que ha sido responsable de las fatídicas reformas estructurales que permitieron las privatizaciones en Latinoamérica, además de incrementar la deuda externa y la pobreza en diversos países del mundo. Por otra parte, esta medida es muy mal vista por quienes creen que este Nuevo Orden Económico Mundial no es más que el principio de un Gobierno Mundial, debido a que el FMI estaría operando como un ente global con atribuciones sobre el destino de las naciones.

Con respecto al cambio climático, no todos los científicos aseguran que el CO2 humano es el responsable de este fenómeno. Sin embargo, esto no significa que la contaminación ambiental y la administración de los recursos naturales no sea un tema relevante y de preocupación. Expertos que han participado en el Grupo Intergubernamental por el Cambio Climático (IPCC) de la ONU, sostienen que este tema se utiliza para incrementar el control sobre los recursos naturales como el petróleo, que ya ha presentado su cénit en diversos países del primero mundo. Esto significa que cada vez disminuye el petróleo disponible, por lo tanto es un factor determinante para el desarrollo de cualquier país. Así se explica que la ONU promueva las energías renovables en países con niveles de muy bajo desarrollo como África, pero que cuentan con recursos energéticos que posibilitarían su desarrollo. Más aún, animan a este país a no utilizar sus fuentes energéticas disponibles.

Existe una institución que se ha preocupado extensamente de promover el “problema del calentamiento global“, llamado el Club de Roma. Ellos aseguran, mediante sus estudios, que de aquí a poco tiempo las catástrofes serán una constante para nuestro planeta si continuamos emitiendo CO2 a los niveles actuales. Sin embargo, basta observar que de entre todos los gases de invernadero, el CO2 de origen humano no es el más representativo en la atmósfera. Así, la naturaleza por sí sola es capaz de emitir gran cantidad de gases de invernadero como el producido por la evaporación del mar, por la fotosíntesis, etc. Por eso los científicos expertos en el tema sostienen que la modificación del clima se refiere a ciclos solares que determinan la temperatura de nuestro planeta.

En síntesis, nuestros líderes nos dicen que no saben cuál es el origen exacto de las crisis, y a pesar de que sabemos que el sistema financiero es insostenible e inhumano, ergo, el culpable, plantean que sólo una mayor regulación de un organismo internacional como el FMI será la alternativa. Pero además las medidas de mitigación del calentamiento global propuestas para los países del tercer mundo, promovidas por intereses económicos, sólo incrementan la dependencia respecto del primero mundo.

También nos hablan de que un mayor protagonismo del Estado garantizaría que una crisis no volverá a ocurrir. Pero después de constatar que tanto el Estado como las grandes corporaciones empresariales no han beneficiado históricamente a los ciudadanos; al contrario, los tienen subyugados, quién podría a estas alturas creer en un Estado regulador sino que en una nueva forma de tiranía. Quizás una constitución fuerte y defensora de los derechos de los individuos podría jugar ese papel, pero no un sistema de gobierno global que pretenda regular las políticas mundiales; pues cada país tiene el derecho a autodeterminarse.

En conclusión, es evidente el protagonismo de las organizaciones supra-nacionales para establecerse una hegemonía mundial, en cuyo fondo están los imperios de siempre: Estados Unidos y Gran Bretaña. Estos pretenden promover un Gobierno Mundial; por eso darles más atribuciones a las instituciones internacionales que promueven, supone la sumisión de los Estados Nacionales.  Esta maniobra para establecer un Nuevo Orden Mundial, con hegemonía anglosajona, está urdida con mentiras, porque ellos generaron la crisis financiera y es falso que seamos culpables del calentamiento global.

por Francisco Luna

El Ciudadano

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