Starmer cede ante la ultraderecha: endurece política migratoria en un giro preocupante

El plan migratorio de Starmer podría agravar la escasez de personal en sectores clave como salud y educación

Starmer cede ante la ultraderecha: endurece política migratoria en un giro preocupante

Autor: El Ciudadano México

El primer ministro británico, Keir Starmer, presentó este lunes un plan migratorio que supone un giro marcado hacia políticas tradicionalmente asociadas con la derecha más dura, en un intento por frenar el avance del partido Reform UK. Sin embargo, la estrategia ha despertado fuertes críticas por lo que muchos consideran un intento de apropiación del discurso antiinmigración como herramienta de supervivencia política.

En lugar de reforzar una visión progresista o basada en la integración, Starmer ha optado por endurecer de forma drástica las condiciones de entrada, permanencia y residencia para los migrantes, ajustando medidas como los visados laborales, de estudio y reunificación familiar. Bajo el argumento de “recuperar el control de las fronteras”, el primer ministro ha asumido el lenguaje y prioridades que antes rechazaba como líder laborista.

Uno de los cambios más polémicos será duplicar el tiempo necesario para que un migrante pueda solicitar la residencia permanente, pasando de cinco a diez años. Asimismo, se impedirá a las empresas del sector salud contratar trabajadores extranjeros directamente, a pesar de que ese mismo sector depende en gran medida de personal foráneo para sostener su funcionamiento.

La reforma también afectará a familias y estudiantes, al imponer nuevas exigencias de idioma a los familiares de inmigrantes y reducir el periodo de estancia permitido a los universitarios extranjeros tras concluir sus estudios. Estas medidas, lejos de resolver un problema estructural, podrían profundizar la escasez de mano de obra calificada y obstaculizar la atracción de talento internacional.

Los recientes avances electorales de Reform UK, partido de extrema derecha liderado por Nigel Farage, parecen haber marcado el rumbo del Gobierno. Tras perder escaños en comicios locales, Starmer ha optado por copiar la agenda de sus adversarios, lo que plantea dudas sobre su autonomía política y su compromiso con los principios que lo llevaron al poder.

En lugar de ofrecer una visión alternativa al discurso del miedo, el líder laborista ha decidido competir en el mismo terreno ideológico, validando con sus acciones las narrativas más radicales del Brexit y la xenofobia política. El uso del eslogan “recuperar el control de nuestras fronteras” no solo evoca el nacionalismo del referéndum de 2016, sino que también muestra hasta qué punto el Gobierno ha optado por abandonar la moderación y el enfoque humanista en su política migratoria.

Los datos más recientes indican que la inmigración neta alcanzó las 728 mil personas en el último año, una cifra que Starmer promete reducir, pero sin ofrecer un análisis estructural sobre las causas reales de ese aumento ni proponer alternativas que no criminalicen al migrante.

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En lugar de liderar con visión, Starmer parece gobernar con miedo: miedo a la ultraderecha, miedo a perder poder, miedo a defender una política migratoria basada en derechos y necesidades sociales. Y en ese miedo, ha terminado entregando a sus rivales no solo el debate, sino también la iniciativa.

Foto: Redes

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