Indígena navajo es ejecutado en EE.UU. tras ser condenado a muerte

Líderes de su comunidad aseguran que la acción atenta contra su cultura y viola su soberanía pues el individuo debía ser enjuiciado bajo sus pautas

Por Sofia Belandria

27/08/2020

Publicado en

Pueblos

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Las autoridades estadounidenses ejecutaron la noche de este miércoles al único nativo norteamericano que se encontraba en el corredor de la muerte, a pesar de las protestas de muchos líderes navajos que habían pedido al presidente Donald Trump que detuviera la ejecución.

Lezmond Mitchell, de 38 años, murió por inyección letal en la prisión de la ciudad de Terre Haute (Indiana). Fue el cuarto preso federal ejecutado este verano, luego de que la Corte Suprema de EE.UU. permitió el pasado 14 de julio la reanudación, después de 17 años, de las ejecuciones de esos reos.

El hombre fue condenado por los asesinatos en 2001 de una mujer navajo de 63 años, Alyce Slim, y su nieta de 9 años, Tiffany Lee. Según los fiscales, Mitchell y su cómplice las mataron, desmembraron los cuerpos y los enterraron, para robar su camioneta y usarla en un atraco a mano armada. El acusado fue declarado culpable de múltiples cargos; entre ellos, asesinato en primer grado, homicidio culposo y robo de coche con resultado de muerte.

La Nación Navajo repudia la ejecución

Los líderes de su tribu –la Nación Navajo– y de otras 13 naciones tribales afirmaron que esta acción del Gobierno federal atenta contra su cultura y viola su soberanía. «Esto es una ofensa a nuestra nación, porque deberíamos ser nosotros los que decidan estos asuntos», declararon después de la ejecución.

Jonathan Nez, presidente de la tribu, y Myron Lizer, vicepresidente, escribieron a finales de julio a Trump pidiéndole que cambiara la sentencia por cadena perpetua. «Esta petición honra nuestras creencias religiosas y tradicionales, la posición de larga data de la Nación Navajo sobre la pena de muerte para los nativos americanos, y nuestro respeto por la decisión de la familia de la víctima», reza la carta.

En virtud de la legislación federal estadounidense, las tribus nativas norteamericanas tienen una «opción tribal» para decidir si sus miembros han de recibir la pena de muerte en caso de ser declarados culpables de ciertos delitos, incluido el asesinato. Sin embargo, en el caso de Mitchell los fiscales encontraron una laguna jurídica: podían lograr la pena máxima por el cargo de robo de vehículo que provoca la muerte, delito no contemplado en el acuerdo que permite a las tribus objetar esa sentencia.

En defensa de la pena de muerte

Por su parte, Daniel Lee, padre de la asesinada Tiffany Lee, manifestó que cree en el principio de «ojo por ojo» y que quería que Mitchell muriera ejecutado. 

Mientras, Donel Lee, hermano mayor de la niña asesinada, agradeció al mandatario por no detener la ejecución y criticó la oposición del presidente de la Nación Navajo. «Tendrá que responder ante Dios de por qué quería que este asesino viviera», afirmó. 

Cortesía de RT

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