Más asentamientos ilegales: Netanyahu parte con «Acuerdo del Siglo» en medio de campaña electoral

El Gobierno palestino denuncio que se trata de un intento para conseguir votos de la derecha israelí, que no llevará a la paz y a la estabilidad, sino a más tensiones y violencia en la región

En plena campaña por los comicios parlamentarios del próximo 2 de marzo, el actual primer ministro de Israel, Beniamin Netanyahu, prometió incrementar los asentamientos ilegales en Palestina, con la construcción  de cinco mil nuevas viviendas para judíos, tanto en Jerusalén del Este como en Cisjordania, territorios ocupados militarmente desde 1967.

El proyecto de construcción de 2.610 viviendas en tierras palestinas al sudeste de Jerusalén fue aprobado, de hecho, en 2015 y luego dejado a un lado debido a la presión de Europa y Estados Unidos.

Sin embargo, volvió a la mesa tras el reciente autodenominado «Acuerdo del Siglo» presentado por Donald Trump, el cual está hecho a la medida de las demandas de Israel y que, además, respalda las ilegalidades y atropellos contra el pueblo palestino.  

Netanyahu  busca resolver el grave problema de viviendas de Israel a costa de seguir ocupando (ilegalmente) territorio palestino. Foto: Clarín.

“He aprobado la construcción de 3.000 viviendas para judíos en Givat Hamatos, de las cuales mil saldrán al mercado en breve”, anunció el premier israeli.

“También otros 2.200 hogares en Har Homa, se trata de aproximadamente 12.000 personas más. De esta forma, Har Homa será un barrio de unos 50.000 habitantes, que sería una ciudad mediana de Israel», añadió, en referencia a una zona de la Cisjordania ocupada.

Por su parte, “el premio de consolación para los israelíes árabes –palestinos con pasaporte israelí- son mil viviendas en otra zona ocupada”, reseñó La Vanguardia.

 «Vamos a solucionar los problemas de vivienda que tienen los residentes árabes», se atrevió a afirmar el Primer Ministro israelí.

https://www.youtube.com/watch?v=8WZdqLlxS3E

La decisión fue difundida días días previos a las elecciones del 2 de marzo, las terceras en menos de un año y fundamentales para la carrera política de Netanyahu, quien ha sido acusado por hechos de corrupción, por lo que necesita con urgencia el respaldo de los sectores de la derecha para dar vuelta a las encuestas que en su mayoría no le favorecen.

Asentamiento israelí de Har Homa, en territorio ocupado. Foto: AFP.

Más viviendas a costa de Palestina

Con los nuevos asentamientos, Netanyahu  busca una alternativa para el grave problema de viviendas, a costa de seguir ocupando ilegalmente territorio palestino. El precio de los alquileres en Tel-Aviv o Jerusalén está por las nubes, incluso más alto que en capitales europeas como Madrid o Londres.

“La abrumadora mayoría de los colonos no lo son por celo religioso o nacionalista, sino porque no se pueden permitir otra cosa. Netanyahu no tiene el menor escrúpulo para utilizar como ariete de su empuje hacia el este a las capas sociales más fragilizadas por sus políticas económicas”, explicó el periodista Jordi Joan Baños.

El también escritor recordó que Netanyahu es un político asquenazí (de familia originaria de Europa Central que hablaba alemán) que depende en gran medida del voto de los mizrahíes (familias originarias de Oriente Medio que hablaban árabe).

“La situación económica generalmente más precaria de estos últimos los hace más susceptibles a este tipo de señuelos económicos. Sobre todo cuando el nivel de endeudamiento en que han caído muchos de ellos podría llevarles a castigar a Netanyahu por supuestamente meter la mano en la caja”, subrayó.

Medios internacionales destacan que el momento en el que Netanyahu decidió hacer el anuncio coincide con la intensa campaña electoral que lleva adelante el veterano líder del partido Likud, en búsqueda del máximo número de votos en la derecha, tratando de convencer a aquellos que se quedaron en casa durante las elecciones del pasado 17 de septiembre y de arrebatar votos al bloque del sionismo religioso Yamina.

El propósito de Netanyahu es lograr una mayoría de 61 de 120 diputados sin la necesidad de los escaños de Avigdor Lieberman, líder del partido derechista Israel Beitenu, cuyo veto le llevó a fracasar dos veces en la formación de Gobierno en 2019.

Además, la construcción de viviendas representa un intento de contentar a las bases nacionalistas y decepcionadas, debido a que no cumplió su mediática promesa de aplicar la soberanía en los asentamientos judíos de la Ribera Occidental, tras la luz verde que Trump le otorgó a Israel en su supuesto «plan de paz».

El denominado por Trump «Acuerdo del Siglo» le otorga a Israel ciertas concesiones, entre las que se encuentra el reconocimiento de la soberanía israelí sobre territorios palestinos ocupados, entre ellos los Altos del Golán, parte del valle del Jordán y la casi totalidad de la ciudad de Jerusalén, a excepción de dos distritos periféricos del este.

De hecho, Israel ya comenzó a elaborar mapas de las partes de Cisjordania que pretende anexar en el marco de este plan que ha sido rechazado por Palestina y otras naciones.  

A día de hoy, más de seiscientos mil colonos israelíes viven en asentamientos considerados ilegales. Imagen: web.

Asentamientos ilegales

Los asentamientos israelíes en Cisjordania y Jerusalén del Este —donde se han afincado más de 600.000 israelíes en el último medio siglo— carecen de legitimidad internacional, como reiteró el Consejo de Seguridad de la ONU en diciembre de 2016, al igual que las colonias construidas en los Altos del Golán, territorio ocupado desde 1967.

Cuatro años después de la resolución 2334 —aprobada poco antes de que el presidente estadounidense Barack Obama abandonara la Casa Blanca—, la ONU vuelve a insistir en la necesidad de diferenciar con claridad el Estado de Israel de los asentamientos.

En diciembre de 2019, la Asamblea General de la ONU aprobó una resolución en la que llamó a Israel a poner fin a su política de construir asentamientos en territorios palestinos ocupados.

El documento exhorta a las autoridades israelíes a terminar con la construcción de asentamientos y retirarse de los territorios palestinos ocupados desde 1967, incluido Jerusalén Oriental.

En la resolución, la ONU planteó que los asentamientos carecen de toda legalidad y pide respetar los derechos del pueblo palestino y permitir la creación de un Estado autónomo.

El secretario general de la ONU, António Guterres, reiteró que la construcción de asentamientos en los territorios palestinos ocupados carece de validez jurídica y constituye una flagrante violación del derecho internacional.

“Esas acciones amenazan con socavar la viabilidad de establecer un Estado palestino sobre la base de las resoluciones pertinentes de las Naciones Unidas», manifestó.

Adicionalmente, la Comisión de Derechos Humanos de la ONU (CDHNU) publicó a mediados de febrero una lista de 112 empresas que trabajan en colonias israelíes levantadas ilegalmente sobre territorio palestino.

La divulgación de la lista provocó un escándalo internacional. Mientras que los palestinos la consideran como una victoria legal, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, lo calificó como “una verguenza”, por lo que Israel decidió decidió suspender sus lazos con la Oficina de la Alta Comisionada, Michelle Bachelet.

La lista responde a una resolución de 2016 del CDHNU que solicitaba una base de datos de las empresas que realizan actividades específicas vinculadas a las colonias israelíes en los territorios palestinos ocupados.

El listado incluye a empresas que han colaborado con la construcción y expansión de asentamientos, algunas con domicilio fiscal en Israel y otras en países como Estados Unidos, Francia, Países Bajos, Luxemburgo, Tailandia y Reino Unido.

Protestas en Palestina contra el «Acuerdo del Siglo». Foto: RTVE.

Más violencia en territorios ocupados

Durante su administración, Netanyahu no ha hecho más que llevar al extremo la política colonizadora de sus predecesores, hasta el punto de no retorno y sin importarle las consecuencias.

La Autoridad Nacional Palestina (ANP) advirtió que el anuncio de las 5.200 viviendas se trata de una estrategia electoral, y como consecuencia, habrá más violencia en los territorios palestinos ocupados.

El portavoz de la Presidencia palestina, Nabil Abu Rudeina, indicó en un comunicado que “el intento de Netanyahu para conseguir los votos de la derecha israelí, en vísperas de las elecciones y en detrimento de los derechos de los palestinos, no llevará a la paz y a la estabilidad, sino a más tensiones y violencia en la región”.

Por su parte, el secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Saeb Erekat, declaró que los asentamientos israelíes “se están tragando las tierras palestinas y privan al pueblo palestino de cualquier medio para una vida libre, digna y respetuosa”.

«Los anuncios de asentamientos israelíes en curso representan la implementación del Plan Trump, que requiere una acción internacional urgente para disuadir tanto a Israel como a Estados Unidos de sus continuas violaciones de la ley y el orden internacional», aseguró.

Netanyahu deberá enfrentar un juicio en su contra por cargos de corrupción, malversación de fondos y abuso de confianza. Foto: Middle East Eye.

Juicio, corrupción y elecciones

A la par de buscar votos en su carrera electoral para los comicios del 2 de marzo, en los que se  juega su supervivencia política, Netanyahu deberá enfrentar un juicio en su contra, cuyo inicio está previsto para el 17 de marzo.

Netanyahu se convertirá en el primer jefe de gobierno acusado durante su mandato en Israel, y deberá responder a los cargos de corrupción, malversación de fondos y abuso de confianza en tres casos presentados por el fiscal Avichai Mandelblit.

La ley israelí prevé que todo ministro que se encuentre sujeto a un juicio penal debe renunciar a su cargo, pero esta medida no se aplicará al Primer Ministro, que aunque puede permanecer en el cargo, no goza de ninguna inmunidad ante la justicia.

En enero, Netanyahu solicitó al Parlamento que le otorgara inmunidad, pero los partidos opositores convencieron a la mayoría de los diputados para examinar la decisión antes de las elecciones, y anteponiéndose a un posible rechazo, el Premier decidió retirar luego su petición.

El político derechista atribuye las denuncias de corrupción en su contra a un supuesto complot de sus detractores para provocar un «golpe de Estado» jurídico en su contra.

Por lo pronto, la opinión pública está atenta a cómo la acusación por corrupción puede interferir en el resultado electoral israelí.

Carteles electorales con Benny Gantz y Benjamin Netanyahu en Jerusalén. Foto: AFP.

Según una última encuesta de la televisora israelí Canal 13, la formación centrista Kahol Lavan («Azul-blanco», colores de la bandera israelí) del general Benny Gantz obtendría 36 escaños de los 120 que hay en la Knéset (parlamento), contra 33 del Likud (derecha conservadora) de Netanyahu.

En las elecciones de septiembre de 2019, Gantz rechazó integrarse a un gobierno de coalición liderado por Netanyahu, argumentando que el Premier debía resolver sus diferendos con la justicia antes de pretender continuar en el ejercicio del poder.

Ambos contendientes buscan con desesperación obtener votos y apoyos de sus respectivos aliados, la izquierda para Gantz y la derecha radical y los partidos religiosos para Netanyahu, en aras de llegar a 61 diputados, el umbral de la mayoría parlamentaria.

Sea cual sea el resultado, no es muy probable que se detenga la política de asentamientos y la ocupación ilegal en territorio palestino. Ambos políticos son dos caras de una misma moneda y coinciden en que Jerusalén es la «capital indivisible» de Israel.

Sigue leyendo…

Síguenos y suscríbete a nuestras publicaciones