Sin ayuda de ningún gobierno: un joven limpia la «isla de basura» del Pacífico

Si los desechos se convierten en microplásticos será casi imposible recogerlos

Ingenieros de la organización sin fines de lucro «The Ocean Cleanup» lograron desarrollar un sistema autónomo que utiliza las fuerzas naturales del océano para atrapar y concentrar pasivamente la basura de plástico que se encuentra esparcida en las aguas alrededor del planeta.


Tras un año de pruebas, la mencionada organización informó a través de un comunicado que su Sistema 001/B ya comenzó a realizar labores de limpieza oceánica en la mal llamada “isla de basura”, que desde hace varios años se encuentra acumulando desechos de los seres humanos en plenas aguas del océano Pacífico.

La organización confirmó que su sistema ya “está capturando y recolectando desechos de plástico con éxito en el gran parche de residuos”, no sólo los de gran magnitud, sino también microplásticos, estos últimos mucho más perjudiciales para las distintas especies marinas que cohabitan en esa zona y que, incluso, llegan a afectar a los seres humanos que consumen peces que a su vez ingirieron este tipo de desechos.

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El proyecto de recolección fue lanzado en junio de 2019 desde Vancouver, Canadá, por The Ocean Cleanup, y busca sacar del mencionado espacio el Gran Parche de Basura del Pacífico, que constituye la mayor zona de acumulación de plástico en los océanos del mundo y, que según estimaciones, es equivalente a los territorios de países como Francia, España y Alemania.

«Después de comenzar este viaje hace siete años, este primer año de pruebas en el entorno de alta mar indica fuertemente que nuestra visión es alcanzable y que el comienzo de nuestra misión de librar al océano de basura plástica, que se ha acumulado durante décadas, está a la vista”, dijo Boyan Slat, fundador y CEO de The Ocean Cleanup.

Ahora, la organización comenzará a diseñar su próximo sistema de limpieza del océano, el Sistema 002, el cual tiene como objetivo lograr limpieza a gran escala capaz de soportar y retener el plástico recolectado durante largos períodos de tiempo.

La referida organización tiene planeado devolver el plástico para promover el reciclaje, de manera que sirva para ayudar a la disminución en la producción y fabricación de nuevos productos de este tipo, que son tan contraproducentes para el planeta.

El proyecto lo ideó el joven holandés Boyan Slat cuando tenía 19 años, en 2011. Dos años despúes fundó The Ocean Cleanup, una ONG que trabaja con financiamiento conseguido en campaña de crowdfunding en la que se recaudó 1,9 millones de euros y una inversión posterior de 35 millones.

El sistema se basa en una serie de barreras flotantes que permiten filtrar los desechos que hay en el mar sin dañar la flora y la fauna. La principal función sería limpiar los océanos para evitar que los residuos llegaran a las grandes masas de basura que ya están concentradas en diferentes zonas del mundo y evitar así que sigan aumentando su tamaño.

Casi 40 años de desperdicios plásticos acumulados

La primera vez que la humanidad tuvo conocimiento sobre la acumulación de basura plástica sobre el océano Pacífico fue en la década de 1980, pero en su momento no se le dio mucha importancia.

Casi dos décadas después, el 3 de julio de 1997, el oceanógrafo y activista medioambiental Charles Moore se encontró casualmente con la gran masa de basura flotante del Pacífico cuando regresaba de la carrera de yates Transpacific Yacht Race.

La imagen que vio le pareció tan impactante que decidió escribir varios artículos sobre el tema. Los medios de comunicación se hicieron eco y a partir de ahí, aumentó el interés por saber más sobre lo que estaba ocurriendo en medio del Pacífico.

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Charles Moore con una muestra de los residuos de microplástico. Foto: Web

Desde que Moore hizo “famosa” a la gran mancha de basura, muchos han sido los estudios que se han llevado a cabo para intentar esclarecer las causas de su formación.

The Ocean Cleanup empezó en 2015 la mayor expedición emprendida hasta el momento en el Great Pacific Garbage Patch o Gran Parche de Basura del Pacífico, para intentar hacer un estudio más pormenorizado de lo que estaba ocurriendo en esa zona.

Tras tres años de investigación por mar y por aire, determinaron que la masa ocupa una superficie cercana a los 1.6 millones de kilómetros cuadrados. En ella se estima que hay más de 1,8 billones de plásticos que pesan aproximadamente 80.000 toneladas. Aunque el 99.9 % de los materiales que la componen son plásticos, también se han encontrado maderas y vidrio.

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Islas de basura en los océanos del planeta

80 % de la basura plástica proviene de las ciudades

De todo el plástico que allí reposa, se calcula que casi la mitad son redes de pesca, pero también hay diferentes envases, bolsas, juguetes y otros objetos de gran tamaño.

Todo el plástico que se concentra en el Gran Parche de Basura del Pacífico no ha llegado a ese punto de manera casual. Las tormentas, el viento y la lluvia hacen que los plásticos que están en la tierra terminen en los ríos e indirectamente en el mar

Se calcula que 80 % de los residuos que encontramos en los océanos proviene de las ciudades, mientras que el 20 % restante de la actividad marítima. Los desastres medioambientales también generan diferentes residuos que terminan en el mar.

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Por ejemplo, el gran tsunami de Japón de 2011 envió millones de toneladas de escombros al océano. Una vez que los residuos plásticos están en el agua, tardan mucho más en biodegradarse, ya que allí tan solo es la luz solar la que los desgasta y, dependiendo del tipo de envase, tardarán más o menos en desaparecer.

En el estudio que llevó a cabo The Ocean Cleanup recogieron -directamente de la masa de basura del Pacífico- un total de 50 envases con fechas que iban desde los años 80 a 2010, incluso había uno de los años 70.

La formación de esta «isla» de basura se ha originado producto de las corrientes marinas, que han hecho que todos los restos plásticos que han terminado en el Pacífico se concentren en un mismo punto.

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Los ríos de las ciudades son los que terminan depositando la basura plástica en los mares. Foto. Web

Este islote de basura no está siempre en el mismo lugar, sino que se mueve constantemente por el efecto de las corrientes.

Esta gran masa de basura preocupa a los expertos ambientalistas, no solo porque representa un gran riesgo para las aves, los animales del mar y para la salud del ser humano, sino porque tiene también grandes implicaciones económicas.

Según la explicación de The Ocean Cleanup, «una vez que el plástico ingresa a la red alimentaria marina, existe la posibilidad de que también contamine la cadena alimentaria humana. Los esfuerzos para limpiar y erradicar el plástico oceánico también han causado importantes cargas financieras”.

La investigadora Miriam Goldstein decidió también -en 2012- recoger diferentes muestras de aguas del mar de California y algunos ejemplares marinos y, tras realizar un estudió, concluyó que casi el 10 % de los peces había ingerido plástico.

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La basura plástica en los océanos atenta contra la vida marina. Foto: Web

Para enfrentar esa situación preocupante, las organizaciones ambientalistas advierten que la recolección de estos desechos debe hacerse inmediatamente, pues mientras más tiempo pasen en el mar, se formarán mayores cantidades de microplásticos, esas piezas menores a cinco milímetros que terminan siendo consumidas por los peces.

«Cuanto más tiempo pase, más microplásticos habrá y más nos costará eliminarlos”, advierte The Ocean Cleanup, que además considera casi imposible retirar la basura presente en la mancha con métodos tradicionales, como redes atadas a botes.

El objetivo principal de la ONG es que dentro de unos años se pueda crear un sistema de cien kilómetros de barreras, con las que se estima que podría limpiar casi la mitad del ‘continente de plástico’ del Pacífico. 

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Una parte de la isla de basura

 Según el autor principal del estudio, Laurent Lebreton, la humanidad no puede deshacerse de los plásticos, pues en su opinión «son muy útiles, en medicina, transporte y construcción. Pero creo que debemos cambiar la forma en como los usamos».

«Si poco a poco todos aportamos nuestro granito de arena, podemos llegar a conseguir grandes logros. Se podría empezar por concienciarnos e implicarnos activamente, intentando reciclar más en nuestros hogares en la medida de lo posible. También evitar las frutas y verduras que lleven envases de plástico en los supermercados, intentar comprar productos de alimentación sin envoltorio y aumentar la compra a granel», acotó.

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