Un ave del Cretácico ha pasado 100 millones de años en este trozo de ámbar
El pedazo de ámbar contiene un polluelo de enantiornite, un grupo extinto del clado avialae, muy parecido a las aves prehistóricas. Al mirar el espécimen a través del ámbar a simple vista, se puede ver su cabeza, alas, plumas y patas. A diferencia de las aves modernas, estos animales no tenían pico; tenían dientes y alas con garras.