Una sola molécula de la sangre provoca a los depredadores y repele a las presas
Investigadores suecos han descubierto que el E2D, un componente de la sangre animal, es tan efectivo como la verdadera sangre en animales como lobos, tigres y perros salvajes, pero produce aversión en las presas, las que lo asocian con el peligro y la muerte, y no con el alimento.
Esta es la primera señal química que afecta por igual a animales humanos y no humanos.