Eduardo Miño: “Mi alma que desborda humanidad ya no soporta tanta injusticia”

A 22 años de que el obrero de Maipú, Eduardo Miño, pusiera fin a su vida como acto de protesta contra el genocidio del asbesto, entre sus vecinos y amigos, miles de personas continúan padeciendo y muriendo por la asbestosis.

Por El Ciudadano

30/11/2023

Publicado en

Chile / Justicia y DD.HH / Portada / Trabajo

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Por Jean Flores Quintana

Viernes 30 de noviembre de 2001

«Esto nos tiene que conmover a todos. Como comunista me llegan al alma sus palabras finales. El dolor de saber que estamos llegando a límites tan terribles. Que una persona se haya inmolado protestando por cosas tan nobles como el derecho al trabajo, contra la contaminación. Él agrega contra las guerras imperialistas. Y al final el hecho que lo hace por el acto de prepotencia por el desalojo del PC».

Gladys Marín, presidenta del Partido Comunista de Chile, en entrevista con La Segunda, tras acudir a la posta central en solidaridad con el obrero que se quemó a lo bonzo frente a La Moneda.

Estas fueron las primeras declaraciones tras la inmolación del trabajador Eduardo Miño Pérez, quien fuera secretario político del Partido Comunista, en Maipú, durante la clandestinidad, y que dejó una carta explicando los motivos de su acción.

He aquí la carta, íntegra.

A la opinión pública:

Mi nombre es Eduardo Miño Pérez, carné de identidad 6.449.449-K de Santiago. Militante del Partido Comunista. Soy miembro de la Asociación Chilena de Víctimas del Asbesto. Esta agrupación reúne a más de quinientas personas que están enfermas y muriéndose de asbestosis, participan las viudas de los obreros de la industria Pizarreño, las esposas y los hijos que también están enfermos, solamente por vivir en la población aledaña a la industria.

Ya han muerto más de 300 personas de mesotelioma pleural, que es el cáncer producido por aspirar asbesto. Hago esta suprema protesta denunciando:

1.- A la industria Pizarreño y su holding internacional, por no haber protegido a sus trabajadores y sus familias del veneno del asbesto.
2.- A la Mutual de Seguridad por maltratar a los trabajadores, enfermos y engañarlos en contra de su salud.
3.- A los médicos de la Mutual por ponerse de parte de la empresa Pizarreño y mentirle a los trabajadores no declarándoles su enfermedad.
4.- A los organismos de Gobierno por no ejercer su responsabilidad fiscalizadora y no ayudar a las víctimas. Esta forma de protesta, última y terrible, la hago en plena condición física y mental como una forma de dejar en la conciencia de los culpables el peso de sus culpas criminales. Esta inmolación digna y consecuente la hago extensiva también contra: Los grandes empresarios que son culpables del drama de la cesantía, que se traduce en impotencia, hambre y desesperación para miles de chilenos. Contra la guerra imperialista que masacra a miles de civiles pobres e inocentes para incrementar las ganancias de la industria armamentista y crear la dictadura global. Contra la globalización imperialista hegemonizada por Estados Unidos. Contra el ataque prepotente, artero y cobarde contra la sede del Partido Comunista (PC) de Chile. Mi alma que desborda humanidad ya no soporta tanta injusticia.

Reacciones del poder

A las 11.40 horas de aquel caluroso último día de noviembre, entran asesores a la oficina de Ricardo Lagos diciendo: «Presidente, alguien se está quemando en la plaza de la Constitución».

La estrategia diseñada por Presidencia fue deslindar responsabilidades en la empresa Pizarreño, y a su vez, reiterar en todos los medios posibles que en enero de aquel se publicó en el diario oficial el decreto 656 del Ministerio de Salud, firmado por el Presidente Lagos y la Ministra Bachelet, a través del cual se prohibía el asbesto en Chile.

La Derecha, miserable y rastrera, intentó sacar el mayor provecho de la tragedia para capitalizarlo en las elecciones parlamentarias del 11 de diciembre. Aquellos comicios son recordados por el perdonazo a la Democracia Cristiana, dado que inscribieron mal sus candidaturas, el servicio electoral objetó 8 de sus 9 candidatos al senado y 51 de los 56 postulantes a la cámara baja.

En el Chile de los acuerdos esto se subsanó con un par de llamadas telefónicas, y alzando las manos, todos los partidos con representación parlamentaria decidieron postergar una semana la elección para que la DC no desaparezca del mapa político.

Villa de las viudas

La empresa Pizarreño, aquel año, nada dijo sobre el caso. Quienes sí hablaron fueron los vecinos de la población Portales en Maipú, quienes rebautizaron el sector como villa de las viudas, dado que decenas de obreros de la planta morían víctimas de la asbestosis, enfermedad pulmonar crónica que puede derivar en un cáncer fulminante.

A mediados de la década del 60, tras haber vivido varios años en casas aledañas a la fábrica Pizarreño, cerca de un centenar de familias -cuyos jefes de hogar eran trabajadores de esa empresa-, armaron una cooperativa para alcanzar el sueño de la casa propia. Así llegaron cargados de ilusiones hasta el sector comprendido entre de las calles Portales y Hermanos Carrera. Sin embargo, no imaginaron jamás que años más tarde, varios de ellos enfermarían y morirían por haber inhalado durante largo tiempo las mortales fibras de asbesto.

En la última despedida al obrero maipucino, Carmen Hertz dedicó emotivas palabras a quien conoció en la década de los 80, «cuando él fue secuestrado y torturado por agentes del CNI. Es un chileno que representa a un sector de este país que fue perseguido, que se trató de destruir, que se trató de exterminar por todos los medios, y que no han tenido reconocimiento de ningún tipo, menos del papel que jugaron en contra de la dictadura. Han sido discriminados durante estos 10 años, han seguido sufriendo los rigores de un modelo extremadamente deshumanizado, de un salvajismo respecto a los seres humanos».

Por su parte, el economista Manuel Riesco señaló: «Desde hace 30 años que los poderosos de este país han venido maltratando a la enorme mayoría de la población. Les han rebajado sus salarios a la mitad, les han retirado todos sus derechos políticos, los han perseguido y los han asesinado».

El doctor en Economía Política en el Instituto de Ciencias Sociales de la Academia de Ciencias de Rusia, y militante comunista, acusó a los poderosos de «hacerse cada día más ricos» y «brutalmente arrogantes», mientras «la mayoría de la población sigue comiendo mierda».

El año 2021, durante la redacción de la primera propuesta constitucional, un grupo de constituyentes liderados por Valentina Miranda (PC) ingresaron una propuesta de norma constitucional que establecía que «en caso alguno se admitirá la construcción de infraestructuras o el ejercicio de actividades económicas que impliquen la utilización de minerales o elementos reconocidos mortales, como el asbesto, o como dañinos a la salud o perjudiciales cuando alcanzan umbrales considerados críticos».

A 22 años de que el obrero de Maipú, Eduardo Miño, pusiera fin a su vida como acto de protesta contra el genocidio del asbesto, entre sus vecinos y amigos, miles de personas continúan padeciendo y muriendo por la asbestosis. Por supuesto, son familias pobres, familias de la periferia.

Si la planta de Pizarreño queda al lado de las casas de sus dueños, seguro se cerraba el mismo 30 de noviembre de 2001, al mediodía.

En este Chile profundamente desigual no hay justicia ni reparación para las víctimas de la industria abusiva y descontrolada, porque no solo hay zonas de sacrificios, también hay personas para sacrificar.

Por Jean Flores Quintana

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