Comprueban que los microplásticos atrofian el crecimiento de los gusanos

También el de las plantas

Los microplásticos en el suelo pueden atrofiar el crecimiento de los  gusanos y lombrices de tierra y hacerlas perder peso.

En los últimos años se ha llamado cada vez más la atención sobre el impacto de los microplásticos (pequeños fragmentos de plástico) en el medio ambiente y los riesgos potenciales que representan para la biodiversidad y el funcionamiento de los ecosistemas, pero los daños van más allá de lo que se creía.

Recientemente, una investigación advierte sobre los efectos de los microplásticos en el suelo y señala que estos pueden detener el crecimiento de las lombrices de tierra y hacer que pierdan peso, al tiempo que evitan que ciertas plantas crezcan adecuadamente.

Hasta ahora, los científicos desconocían los efectos de los microplásticos en  ecosistemas agrícolas, tanto por encima como por debajo del suelo, pero el estudio destaca al considerar que los suelos son la base de la cadena alimentaria, ya que apoyan el crecimiento de las plantas, incluidos los alimentos que comemos.

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«Existe bastante evidencia de cómo los microplásticos están afectando a los animales y las plantas en los ecosistemas acuáticos, como los océanos, lagos y ríos, pero solo recientemente los científicos se han centrado en lo que realmente puede suceder en los ecosistemas terrestres como los suelos»,  argumenta Bas Boots, autor principal de la investigación de la Universidad Anglia Ruskin en el Reino Unido.

En tal sentido, Boots y sus colegas decidieron investigar los impactos de los microplásticos en el suelo sobre las lombrices de tierra de punta rosa ( Aporrectodea rosea ) y un tipo de planta conocida como hierba de centeno perenne (Lolium perenne).

Algunas lombrices pueden comer tierra y contribuir en el ciclo de cultivo de tierras, pero también puede ingerir accidentalmente microplásticos», lo que perjudica el proceso de los agricultores.

Al ras del suelo

Para sus experimentos, el equipo agregó tres tipos diferentes de microplásticos al suelo que contenían gusanos y la hierba de centeno que crecía en la parte superior, enfocados en  Apporectodea rosea, que vive en la capa superior del suelo, donde se nutre al comer materia orgánica del suelo.

Se sabe que durante la actividad de excavación de esta lombriz también mueve el suelo y produce agregados del suelo, o pequeños grupos, que a su vez aumentan la porosidad, por lo que las raíces de las plantas pueden penetrar más fácilmente, el agua drena más rápido y se puede evitar la erosión.

Además de ello, «esta lombriz come tierra y también puede ingerir accidentalmente microplásticos», lo que perjudica el ciclo agrícola, aseveró el experto.

Con nuestras pruebas “queríamos ver si la adición de microplásticos tendría un efecto en la salud de los animales y el ambiente del suelo en el que viven. Si los animales del suelo estamos afectados negativamente por esto, debemos asegurarnos de hacer todo lo posible para evitar la contaminación de los suelos con microplásticos», explicó Boots a Newsweek.

En un experimento de 30 días, los científicos observaron varios efectos diferentes: descubrieron que las lombrices de tierra expuestas al HDPE perdieron alrededor del 3,1 por ciento de su peso en promedio.

Clasificando la basura

Los plásticos estudiados en este trabajo fueron ácido poliláctico biodegradable (PLA), polietileno de alta densidad (HDPE) y fibras de ropa microplásticas.

El PLA es un plástico hecho de fuentes renovables como el almidón de maíz o la caña de azúcar que a menudo se usa en el envasado de alimentos, así como en las industrias de la salud, la construcción y la industria textil.

Por otro lado, el HDPE es un plástico resistente que se usa comúnmente para producir botellas. Ryegrass, que es un cultivo agrícola importante, se utilizó como planta modelo.

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Durante un periodo de 30 días, los investigadores observaron mini ecosistemas creados en laboratorios. Luego se centraron en los niveles de microplásticos que son relativamente altos, en las fibras.

En sus resultados, los científicos observaron varios efectos diferentes: descubrieron que las lombrices de tierra expuestas al HDPE perdieron alrededor del 3,1 por ciento de su peso en promedio.

En comparación, los gusanos que viven en un entorno de control sin microplásticos crecieron un 5,1 por ciento durante el mismo período, según un estudio publicado en la revista Environmental Science & Technology.

El suelo expuesto al PLA vio germinar menos semillas de hierba de centeno y una reducción en la altura de los brotes de hierba de centeno.

El equipo notó además que el suelo expuesto al HDPE experimentó una disminución en el pH, lo que significa que se volvió más ácido.

Con estos datos, los investigadores aseguran que los microplásticos hechos de las sustancias estudiadas pueden afectar el desarrollo de la hierba de centeno, la salud de las lombrices de tierra rosadas y las propiedades del suelo «básicas pero cruciales».

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