¡Alerta! El Ártico se está calentando más rápido de lo que se cree

El calentamiento extremo del Ártico, conocido como amplificación ártica o amplificación polar, puede deberse a tres factores: la reflectividad de la región, la cantidad de luz que rebota en el espacio o el calentamiento global.

Por Pedro Pérez

27/06/2020

Publicado en

Medio Ambiente

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El Ártico se está calentando dos veces más rápido que el resto del planeta, quizá a una velocidad más alta de lo que se pensaba, creando un caos ecológico para las plantas y animales que pueblan el norte de la región, alertan especialistas.

La ecóloga de cambio global de la Universidad de Edimburgo, Isla Myers-Smith, que estudia el Ártico, explica que el calentamiento extremo del Ártico, conocido como amplificación ártica o amplificación polar, puede deberse a tres factores: la reflectividad de la región, la cantidad de luz que rebota en el espacio o una aceleración del calentamiento global.

«Lo que hemos estado viendo en los últimos 30 años es una disminución relativamente dramática en el hielo marino en el verano», dice.

La experta alerta que «si el hielo marino se derrite en el Ártico, eso eliminará esa superficie blanca del océano, y lo que quedará expuesto es la superficie oceánica más oscura que absorberá más calor del sol».

Así, Myers-Smith explica cómo se está calentando las aguas de la región y posiblemente elevando también las temperaturas en tierra.

En efecto, el hielo marino también regresa más tarde en el otoño porque las temperaturas tardan más en descender, en parte porque el calor atrapado en el océano helado tarda más en disiparse.

El giro de Beaufort es una corriente marina rotativa enorme, que gira en el sentido de las agujas del reloj por encima de Alaska, pero desde hace casi 15 años se porta de una manera extraña, gira más deprisa y acumula cada vez más agua pobre en sal.

Mezcla antinatural

Otra forma de explicar el proceso del deshielo en la región, es que las corrientes oceánicas normalmente traen agua más cálida del Pacífico, y el agua más fría sale del Ártico hacia el Atlántico.

Sin embargo, la experta señala que esas corrientes pueden estar cambiando porque más hielo derretido inyecta agua dulce al Océano Ártico, que es menos denso que el agua salada y, por lo tanto, flota sobre él.

De acuerdo con ella, el hielo perdido también expone las aguas superficiales a más viento, acelerando el giro de Beaufort en el Ártico, que atrapa el agua que normalmente expulsaría en el Atlántico.

El giro de Beaufort es una corriente marina rotativa enorme, que gira en el sentido de las agujas del reloj por encima de Alaska, pero desde hace casi 15 años se porta de una manera extraña, gira más deprisa y acumula cada vez más agua pobre en sal.

Esta aceleración mezcla agua dulce más fría en la superficie y agua salada más cálida debajo, elevando las temperaturas de la superficie y derritiendo aún más el hielo.

El calentamiento extremo del Ártico, conocido como amplificación ártica o amplificación polar, puede deberse a tres factores: la reflectividad de la región, la cantidad de luz que rebota en el espacio o el calentamiento global.

Patrones climáticos

Los expertos aseguran haber visto ese tipo de patrones climáticos con mayor frecuencia en los últimos años.

Advierten que tener ese aire cálido sobre el Ártico durante el verano pone aún más en peligro el hielo marino que debería durar toda la temporada, así como el suelo congelado conocido como permafrost.

Prácticamente, el permafrosf es la capa de subsuelo de la corteza terrestre que se encuentra congelada de manera permanente debido a su naturaleza, no por algún incidente. Sin embargo, no se encuentra permanentemente cubierta de hielo o nieve y se halla en las regiones muy frías o periglaciares.

Dado que el permafrost tiene una edad geológica de más de 15 mil años, ahora corre peligro pues se encuentra en continuo deshielo.

El permafrost se encuentra, como se sabe, en el subsuelo del planeta, pero específicamente en Siberia, Noruega, Tíbet, Canadá, Alaska e islas ubicadas en el Océano Atlántico sur.

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Actualmente, ocupa entre el 20 y el 24% de la superficie de la Tierra, una superficie poco menor que la ocupada por los desiertos. Y de acuerdo con los pronósticos científicos, el proceso de su derretimiento implica la liberación de muchas toneladas de metano y dióxido de carbono a la atmósfera.

En lo que corresponde a las afectaciones del ecosistema, lo que han estado descubriendo los científicos es que, de hecho, el Ártico se está poniendo verde a medida que se calienta, esto podría ser un problema grave para el planeta.

David Olefeldt, de la Universidad de Alberta, que estudia el permafrost, ha descubierto que parte del permafrost se está derritiendo tan rápidamente que se está derrumbando y esculpiendo agujeros masivos en el paisaje, un fenómeno conocido como termokarst.

«Se convierte en humedales blandos en lugar de terreno firme, que es algo que afecta la movilidad de las personas y los animales que están siendo pastoreados» en la región, puntualiza el experto.

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