De nuevo Mañalich es la noticia: la magia de la posverdad
Parafraseando un poco a McLuhan, “Mañalich es el mensaje”. Cuando el ministro despliega su histrionismo y su nube de datos confusos y contradictorios, está haciendo un brillante acto de prestidigitación, una especie de “Pepito paga doble”. Los datos se cruzan ante nuestros ojos, su cháchara nos embolina la perdiz, sin que podamos mostrar “dónde está el billete” de los verdaderos datos.